En esta nueva entrada hablamos sobre como gestionar deudas con entidades de crédito. Las entidades de crédito son, según las leyes españolas, aquellas empresas autorizadas para conceder créditos y préstamos por cuenta particular. Son organizaciones que reciben depósitos del público para prestar dinero a la persona que requiera del servicio, siendo el Banco de España el responsable de autorizar la creación de estas entidades dentro del país.
Te recomendamos que veas el vídeo de nuestra abogada Carla para entenderlo mucho mejor:
Como consumidor has de tener claro tus derechos frente a las entidades de crédito. Cuando incumples el pago de tus deudas los bancos actúan de una forma agresiva y pocas veces ofrecen facilidades para los pagos.
La táctica más habitual es que te ofrezcan otro préstamo con intereses elevados para pagar lo que debes. Esto lo único que consigue es que cada vez debas más dinero al Banco.
Pero es factible salir de la vorágine de las deudas.
Qué son las deudas con entidades de crédito
Las deudas con entidades de crédito son obligaciones financieras que una persona física o jurídica adquiere con una institución financiera, como bancos, cajas de ahorro, cooperativas de crédito o entidades de financiación. Estas deudas pueden originarse por diversos motivos, entre los que se incluyen:
- Préstamos Personales: Dinero prestado por una entidad de crédito a un individuo para fines personales, como la compra de bienes de consumo, viajes, o gastos imprevistos.
- Préstamos Hipotecarios: Créditos otorgados para la adquisición de bienes inmuebles, donde el inmueble adquirido actúa como garantía del préstamo.
- Tarjetas de Crédito: Líneas de crédito renovables que permiten al titular realizar compras o retirar efectivo hasta un límite preestablecido, con la obligación de devolver el dinero en plazos acordados.
- Líneas de Crédito: Acuerdos que permiten al prestatario disponer de fondos hasta un límite determinado, con la posibilidad de utilizar y devolver el dinero de manera flexible.
- Créditos al Consumo: Financiación específica para la adquisición de bienes y servicios de consumo, como electrodomésticos, vehículos o servicios educativos.
- Descubiertos Bancarios: Situaciones en las que una cuenta corriente presenta un saldo negativo debido a que el titular ha retirado más dinero del que tenía disponible.
Las deudas con entidades de crédito están sujetas a condiciones específicas, como tasas de interés, plazos de amortización, comisiones y garantías. El incumplimiento de estas obligaciones puede derivar en consecuencias legales y financieras, incluyendo la inclusión en registros de morosidad, embargos de bienes y procedimientos judiciales de reclamación de deuda.
Es fundamental que los deudores comprendan las condiciones de sus obligaciones y mantengan una comunicación abierta con las entidades de crédito para gestionar adecuadamente sus deudas y evitar situaciones de impago.
Qué son las deudas a largo plazo con las entidades de crédito
Las deudas a largo plazo con entidades de crédito son obligaciones financieras que una persona o entidad asume con una institución financiera, como bancos o cooperativas de crédito, y cuyo vencimiento se extiende más allá de un año. Estas deudas suelen ser utilizadas para financiar proyectos de inversión, adquisición de bienes de capital, o para consolidar otras deudas a corto plazo.
- Plazo de Vencimiento: Las deudas a largo plazo tienen un plazo de vencimiento superior a un año, pudiendo extenderse hasta varias décadas, dependiendo del tipo de préstamo y del acuerdo con la entidad de crédito.
- Intereses: Generalmente, las deudas a largo plazo conllevan el pago de intereses, que pueden ser fijos o variables. La tasa de interés aplicada suele depender del riesgo crediticio del deudor y de las condiciones del mercado financiero.
- Garantías: En muchos casos, las entidades de crédito requieren garantías o colaterales para conceder préstamos a largo plazo. Estas garantías pueden ser bienes inmuebles, activos financieros, o avales personales.
- Amortización: El pago de estas deudas se realiza mediante un plan de amortización, que puede ser de cuota fija o variable. Este plan detalla los pagos periódicos que el deudor debe realizar para cubrir tanto el principal como los intereses.
- Hipotecas: Préstamos destinados a la adquisición de bienes inmuebles, con plazos que pueden llegar hasta los 30 años.
- Préstamos Personales a Largo Plazo: Utilizados para financiar proyectos personales de gran envergadura, como estudios universitarios o reformas importantes en el hogar.
- Préstamos Empresariales: Concedidos a empresas para financiar inversiones en infraestructura, maquinaria, o expansión de operaciones.
Las deudas a largo plazo son una herramienta crucial en la planificación financiera tanto personal como empresarial. Permiten acceder a recursos significativos sin necesidad de disponer de todo el capital de inmediato, facilitando la realización de inversiones que pueden generar beneficios a largo plazo. No obstante, es fundamental gestionar estas deudas de manera responsable, asegurándose de que los ingresos futuros serán suficientes para cubrir los pagos comprometidos.
En España, las deudas a largo plazo con entidades de crédito están reguladas por diversas normativas, incluyendo la Ley 16/2011, de 24 de junio, de contratos de crédito al consumo, y la Ley 2/2009, de 31 de marzo, que regula la contratación con los consumidores de préstamos o créditos hipotecarios y de servicios de intermediación para la celebración de contratos de préstamo o crédito. Estas leyes establecen las condiciones y requisitos que deben cumplir tanto las entidades de crédito como los prestatarios, garantizando la transparencia y la protección de los consumidores.
Entender las características y condiciones de las deudas a largo plazo con entidades de crédito es esencial para tomar decisiones financieras informadas. Una adecuada gestión de estas deudas puede contribuir significativamente al éxito financiero a largo plazo, mientras que una mala gestión puede llevar a situaciones de impago y problemas legales. Por ello, es recomendable contar con asesoramiento financiero y legal antes de asumir este tipo de compromisos.
Cómo son las deudas con entidades de crédito
Las deudas con entidades de crédito son obligaciones financieras que una persona o entidad adquiere con una institución financiera, como bancos, cajas de ahorro o cooperativas de crédito. Estas deudas pueden surgir de diversas formas, tales como préstamos personales, hipotecas, líneas de crédito, tarjetas de crédito, entre otros productos financieros.
- Intereses y Comisiones: Las deudas con entidades de crédito suelen incluir el pago de intereses y, en algunos casos, comisiones por la gestión del crédito. Los intereses pueden ser fijos o variables, dependiendo del tipo de producto financiero contratado.
- Plazos de Amortización: Las deudas se estructuran en plazos de amortización, que pueden variar desde unos pocos meses hasta varios años. Los plazos más largos suelen estar asociados a productos como hipotecas, mientras que los plazos más cortos son comunes en préstamos personales y tarjetas de crédito.
- Garantías y Avales: En algunos casos, las entidades de crédito pueden requerir garantías o avales para conceder un préstamo. Las garantías pueden ser bienes inmuebles, vehículos u otros activos, mientras que los avales son personas que se comprometen a pagar la deuda en caso de incumplimiento por parte del deudor principal.
- Condiciones de Pago: Las condiciones de pago de las deudas con entidades de crédito están claramente estipuladas en el contrato de préstamo. Estas condiciones incluyen la periodicidad de los pagos (mensuales, trimestrales, etc.), el importe de las cuotas y las consecuencias de un posible impago.
- Repercusiones del Impago: El impago de una deuda con una entidad de crédito puede tener serias repercusiones, incluyendo la inclusión en listas de morosos, la ejecución de garantías, y en casos extremos, procedimientos judiciales para la recuperación del importe adeudado.
- Préstamos Personales: Son créditos concedidos para financiar necesidades personales, como la compra de un coche, reformas en el hogar o gastos imprevistos.
- Hipotecas: Son préstamos a largo plazo destinados a la adquisición de bienes inmuebles, donde el propio inmueble actúa como garantía del préstamo.
- Tarjetas de Crédito: Permiten disponer de una línea de crédito renovable, con la posibilidad de pagar el saldo en su totalidad o en cuotas mensuales.
- Líneas de Crédito: Son productos financieros que permiten disponer de una cantidad de dinero hasta un límite preestablecido, con la posibilidad de utilizar y devolver el dinero de manera flexible.
En España, las deudas con entidades de crédito están reguladas por diversas normativas que buscan proteger tanto a los consumidores como a las entidades financieras. Entre estas normativas destacan:
- Ley 16/2011, de 24 de junio, de contratos de crédito al consumo: Regula los contratos de crédito al consumo, estableciendo derechos y obligaciones para ambas partes.
- Ley 2/2009, de 31 de marzo: Regula la contratación con los consumidores de préstamos o créditos hipotecarios y de servicios de intermediación para la celebración de contratos de préstamo o crédito.
- Real Decreto-ley 6/2012, de 9 de marzo: De medidas urgentes de protección de deudores hipotecarios sin recursos.
Estas normativas establecen, entre otros aspectos, la obligación de proporcionar información clara y transparente sobre las condiciones del crédito, así como mecanismos de protección para los deudores en situaciones de vulnerabilidad económica.
Para muchas familias la deuda se transforma en una trampa de la cual es difícil salir. Lo bueno es que las deudas en general y no sólo las de las entidades de crédito se pueden cancelar si no se pueden pagar.
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Esto es algo que muy desconocido ya que se cree que la única manera de poder librarse de una deuda es la prescripción.
Pero existe una manera contemplada en la Ley 25/2015 que establece que las deudas se pueden cancelar si se cumplen una serie de requisitos.
El más importante es si con tus ingresos no llegas para pagar las deudas y tener una vida digna. Existen además otros requisitos que en Línea Legal podemos estudiar para tu caso concreto, rellena nuestro formulario y te asesoraremos gratuitamente acerca de si cumples esos requisitos.
Diferencias entre crédito y deuda
En el ámbito financiero y legal, es crucial comprender las diferencias entre los términos “crédito” y “deuda”, ya que ambos conceptos, aunque relacionados, tienen implicaciones distintas tanto para los individuos como para las entidades.
El crédito se refiere a la capacidad de una persona o entidad para obtener bienes, servicios o dinero en préstamo con la promesa de devolverlo en el futuro. Este concepto implica la confianza que el prestamista deposita en el prestatario, basada en su solvencia y capacidad de pago. Los créditos pueden ser de diversos tipos, como personales, hipotecarios, comerciales, entre otros.
- Plazo de Devolución: Los créditos suelen tener un plazo específico para su devolución, que puede variar desde unos pocos meses hasta varios años.
- Intereses: El prestamista cobra intereses sobre el monto prestado, que representan el costo del crédito para el prestatario.
- Garantías: En algunos casos, los créditos pueden requerir garantías o avales para asegurar el cumplimiento del pago.
- Límites de Crédito: Los prestamistas establecen un límite máximo de crédito basado en la capacidad de pago del prestatario.
La deuda, por otro lado, es una obligación que una persona o entidad tiene de pagar o devolver algo que ha recibido previamente. Esta obligación puede surgir de diversas fuentes, como préstamos, compras a crédito, facturas impagadas, entre otras.
- Obligación de Pago: La deuda representa una obligación legal de pagar una cantidad específica de dinero en una fecha determinada.
- Intereses y Penalizaciones: Las deudas pueden acumular intereses y penalizaciones si no se pagan a tiempo.
- Tipos de Deuda: Las deudas pueden ser a corto plazo (menos de un año) o a largo plazo (más de un año), y pueden estar garantizadas o no garantizadas.
- Impacto en el Historial Crediticio: El incumplimiento en el pago de deudas puede afectar negativamente el historial crediticio del deudor.
- Naturaleza: El crédito es una capacidad o posibilidad de obtener recursos, mientras que la deuda es una obligación ya existente.
- Origen: El crédito se concede antes de que se incurra en una obligación, mientras que la deuda surge después de haber recibido bienes, servicios o dinero.
- Implicaciones Legales: El incumplimiento de una deuda puede llevar a acciones legales, mientras que la falta de acceso a crédito puede limitar las oportunidades financieras futuras.
Comprender estas diferencias es esencial para gestionar adecuadamente las finanzas personales y empresariales, así como para tomar decisiones informadas en situaciones de litigio por impago.
Tipo de coste en las deudas con entidades de crédito
- El coste variable, usualmente asociados a una variable de referencia como el Euribor.
- El coste fijo, siendo este el coste que puede suceder en la entidad de crédito si esta llegase a emitir un bono como forma de financiación.
Adicionalmente, también es posible encontrar tipos de riesgos en las deudas con entidades de crédito, siendo el riesgo de origen puro el que más se relaciona con esta clase de entidad crediticia al englobar préstamos puros y cuentas de crédito. El riesgo de origen comercial también es otro tipo de precio a considerar dentro de las deudas con entidades de crédito, ya que consisten en el anticipo de créditos comerciales sobre documentos como pagarés o letras.
En definitiva, las deudas con entidades de crédito pueden llegar a ser muy similares a cualquier otro tipo de deuda que se puede contraer en España, siendo como prueba de ello que estas deudas puedan ser consolidadas (de ser necesario) y que también tengan una prescripción promedio de 5 años (cosa que varía mucho dependiendo del tipo de deuda con entidades de crédito que poseas).
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¿Cómo pagar las deudas con entidades de crédito?
Está bien plantearse esta pregunta pero si no tienes capacidad financiera para pagar, esta pregunta no tiene sentido ya que te lleva a escoger entre vivir una vida digna o pagar.
Si no hay dinero no se puede pagar y punto. Gracias a la Ley 25/2015 obliga a las entidades de crédito a asumir esta realidad y tener que cancelar toda la deuda que no se pueda pagar.
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